Saturday, November 25, 2006

Trascender

Hoy fue la última función del año de "Entre la lujuria y la pereza".
Creo que fue una de las mejores funciones y me sentí muy feliz de estar haciendo este disparate.
El desafío para el año que viene es convocar más público, trascender el círculo de los amigos y conocidos. Que venga gente "de la calle".
Ese es uno de los principales obstáculos del teatro independiente. Que el público vaya a ver algo a pesar de que los actores, el director y autores no sean conocidos. A pesar de que no haya publicidad en televisión ni afiches en las calles.
En la serie de tv "Tiempo límite" los otros días mostraban la historia de un grupo de teatro que en un momento monta una farsa para robarle a los compradores de un auto el dinero que llevaban para cerrar la operación comercial. Y como coartada, cuando estaban hasta las manos, imaginaban que le dirian a la justicia que todo había sido una acción de prensa, una maniobra para llamar la atención del público.
Debe haber otra forma, digo, no?

Friday, November 24, 2006

Actores - teatro - familia


No es teatro, pero los actores forman un equipo excepcional.
El guion es muy bueno, las actuaciones impecables, la dirección de arte excelente... es una película para recordar: "Little Miss Sunshine".
Me recordó por momentos a "La omisión de la familia Coleman" pero es evidente que el cine es mucho más efectivo a la hora de contar historias.
Pero el teatro conserva su mayor virtud: el hecho vivo. Está ahí.
Cuando estamos en Timbre 4 y vemos "La omisión..." todo esta sucediendo ahí.
en un caso (el cine) se cuenta una historia de un modo impecable. En el otro (teatro) se vive esa historia en tiempo real. ¿Real?

Wednesday, November 22, 2006

El gusto de los otros


La veo a Eugenia preocupada por la aceptación de los demás. Todos en alguna medida nos preocupamos por eso, es claro. Pero lo artístico se relaciona con lo auténtico, y para ser auténtico no podemos estar pendientes de la opinión de los demás.
En Amaltrico, cada actor decide cuándo dice, qué dice... siempre teniendo en cuenta que los textos están preasignados y que cada uno tiene un personaje. Pero estos personajes pueden interactuar y recrear en cada función un nuevo modo de contar su historia.
Si estamos pendientes de agradar, de ser aceptados, lo más probable es que no podamos proponer algo singular y creativo.

Friday, November 03, 2006

Dos formas de actuar

Hacer entrar en la representación aquello que nos pasa, las sensaciones y percepciones que vamos experimentando, es una experiencia única. Y así lo percibe también el público también. Esto forma parte de la "metodología" del teatro idiota.
Pero creo que existen dos formas bien diferentes de hacerlo. Por ejemplo, si mientras estoy diciendo un monólogo de cara al público una de las luces comienza a parpadear, puedo parar, mirar al control y hacer una seña como diciendo "Che negro, qué pasa?". Esto es claramente tomar lo que pasa pero para desenmascarar el artificio; en estos caso el público suele captar el inconveniente, entender cómo el actor improvisó y festejarlo con un aplauso o risas.
Pero también puedo tomar este estímulo (provocado por un desperfecto) y hacerlo entrar en el juego (el artificio) y desde mi personaje no negar ese parpadeo pero reaccionar sin salir del registro en el que estoy. Entonces, si estaba diciendo algo serio, dramático, al borde del llanto, puedo mirar la luz que parpadea detenerme unos segundos y entristecerme más todavía porque ese parpadeao refuerza mi sensación de desamparo, mi certeza de que el "sol está envenenado". Cuando sucede esto, el público no festeja, no aplaude, sino que duda. Se pregunta: habrá sido a propósito? Será parte de la obra?
En Amaltrico, esto sucede. Y creo yo que debería profundizarse más todavía. Cuando "la madre" escucha que alguien en el público exclama (en un párrafo inaudible de "el novio"): "qué dijo!" , ella puede hacer entrar en el juego eso que escuchó (que todos escucharon) y acercándose al novio decirle: "Qué decís hijo? no te endiendo!".

Calladito la boca

En una representación teatral, ¿Cuál es la principal diferencia entre el público y los actores?
Que el público no puede hablar.
Y... por qué?
Como sucede en general cuando alguien hace callar a otro, se está ejerciendo poder.
Sí, pero... para qué.
Tal vez porque si el público pudiese expresarse libremente durante la representación corremos el "riesgo" de que aquello que suceda en la platea sea más interesante que lo que pasa en el escenario.
Qué problema no!
Y si lo intentamos. En el teatro idiota podemos arriesgarnos.