Monday, October 11, 2010

Actuar

Bartis decía algo con lo que yo estoy muy de acuerdo: si la actuación se reduce a aprenderse la letra y poder decirla de un modo más o menos convincente, cualquiera puede ser actor. Ahora, si de lo que se trata es de interpretar un texto con cierta poesía, con algún ingrediente que vuelva artística a la representación, eso es otra cosa.
El problema es quién determina cuando una representación es "poetica", "artística". Cómo se determina. Algo es poético/artístico cuando salís del teatro pensando nuevas cosas, es cuando algo de lo que creías tambalea, es cuando resulta bello ese decir/hacer, es cuando resulta inquietante...
La idea de "poner en peligro la realidad" me resulta adecuada, pero obviamente no agota la cuestión sino que más bien es un punto de partida. Cuando la representación transgrede cierto orden, rompe con algunos supuestos y de todos modos funciona, en el sentido de que es reconocible, me parece que estamos en un punto de partida interesante como para hablar de "arte".
En el espectáculo Konga de J.F.Casanovas y E.Solá, en un momento éste último, vestido de española recitaba un poema de Juana de Ibarouru (el mismo que tal vez alguna vez recitamos en la escuela) , pero él  lo dice de un modo tragicómico, diferente y nos muestra (sencillamente) que no hay un solo modo de hacer las cosas. Del mismo modo vi muchas veces a Urdapilleta o a Humberto Tortonese recitar textos "escolares" poéticamente y extrañamente (a la vez). No se burlan del poema, al contrario, realzan ese material en toda su "cursilería" y convierten algo que podría ser olvidado en una pieza de arte.