Thursday, July 24, 2008

Mi corazón dice otra cosa


En la madrugada del 17 de julio, el vicepresidente de la Argentina Julio Cobos desempató la reñida votación del Senado sobre una controvertida ley. Así fue como el Senado se convirtió en el escenario, Julio Cobos en el protagonista, el jefe del oficialismo Senador Pichetto fue el malo y el de la oposición Ernesto Sanz jugaba el rol del viejo amigo que apela a la conciencia del héroe dubitativo. El elenco se completaba con los demás senadores y el pueblo en las calles era el coro.

El momento en que habló Cobos fue de una tensión dramática que ojalá pudiésemos reproducir en el escenario teatral.

Cobos apeló a la emotividad, "Dicen que tengo que acompañar la institucionalidad. Mi corazón dice otra cosa y no creo que esto sea el motivo para poner en riesgo el país. (...) Yo creo que la presidenta de los argentinos me va a entender. "

Sus silencios, su mano acomodando el micrófono como si éste se fuera a escapar, el dedo índice sobre su frente y el tono de su voz, fueron elementos clave. Incluso el hecho de que minutos antes de tener que votar hubiese desaparecido del recinto y tuviese que ser llamado insistentemente por su coprovinciano Ernesto Sanz (quien tuvo también un desempeño actoral para nada despreciable).

La teatralidad no es sólo patrimonio del teatro, invade otros ámbitos, y sin dudas el ámbito de la política es uno de los que más provecho sabe sacar del viejo oficio teatral.

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